¿Sabías que los niños sufren, igual que los adultos? Los niños también sienten, sufren de miedos, inseguridad, dificultades en las relaciones, celos… Se ponen nerviosos, tristes, a veces se sienten culpables o avergonzados. Y además, son niños, y en la mayoría de las ocasiones no tienen los recursos necesarios para entender qué les está pasando, por qué y cómo resolverlo.
En ocasiones pueden hablar de ello pero otras veces son los síntomas los que nos alarman de que algo está ocurriendo. La sintomatología que nos debe alarmar dependerá de la edad, intensidad y duración, y tendrá que ver con: problemas del sueño (pesadillas, terrores nocturnos, insomnio), problemas de la alimentación, problemas de la piel o cólicos en los bebés, dificultades en la escuela, rabietas o problemas de conducta…
Un psicólogo infantil valora, con ayuda de los padres, la situación del menor y ayudado por el dibujo y el juego trata de comprender lo que está ocurriendo. A partir de ahí os propondrá el mejor abordaje para resolver las dificultades
Los trastornos de ansiedad son condiciones emocionales caracterizadas por un miedo y preocupaciones excesivas y persistentes que interfieren en la vida cotidiana. Aunque la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de amenaza, cuando se vuelve constante o desproporcionada, nos indica que algo está ocurriendo. En los niños y adolescentes, la ansiedad puede manifestarse de formas diversas, como miedos intensos a la separación de los padres, temor a situaciones sociales o preocupaciones generales difíciles de controlar. Estos trastornos suelen estar relacionados con la dificultad para manejar emociones y un estado de alerta constante frente a posibles amenazas. La terapia puede ayudar a explorar estas raíces y a desarrollar estrategias para manejar los síntomas.
Aquí algunos ejemplos de trastornos de ansiedad:
Trastorno de Ansiedad por Separación
Es una ansiedad intensa y persistente que se manifiesta cuando el niño o adolescente debe separarse de sus figuras de apego, como los padres. Los niños pueden experimentar miedo extremo a que algo malo les suceda a ellos o a sus cuidadores, lo que puede provocar llanto, quejas somáticas (dolores de cabeza, náuseas) y rechazo a ir al colegio. Este trastorno puede estar relacionado con un apego inseguro o situaciones de pérdida.
Fobia Específica
Se caracteriza por un miedo intenso e irracional hacia objetos o situaciones específicas, como animales, alturas o tormentas. Este miedo puede desencadenar evitación activa y síntomas físicos como taquicardia o sudoración. En muchos casos, puede estar relacionado con experiencias traumáticas tempranas o asociaciones inconscientes.
Fobia Social (Ansiedad Social)
Es un miedo persistente a ser evaluado o juzgado negativamente en situaciones sociales. Los adolescentes pueden evitar hablar en público, conocer gente nueva o participar en actividades grupales. Este trastorno puede surgir de experiencias humillantes o críticas en la infancia.
Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)
Se caracteriza por preocupaciones excesivas y difíciles de controlar sobre diferentes aspectos de la vida diaria, como el rendimiento escolar o la salud. Los niños y adolescentes con TAG suelen experimentar tensión muscular, irritabilidad y dificultades para concentrarse.
Trastorno de Pánico
Se manifiesta en episodios repentinos de miedo intenso acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, dificultad para respirar y sensación de pérdida de control. Puede estar relacionado con experiencias traumáticas o estados de alta vulnerabilidad emocional.
Mutismo Selectivo
Es la incapacidad de hablar en ciertas situaciones sociales a pesar de hacerlo con normalidad en otros contextos. Generalmente se asocia con una ansiedad social extrema y puede interferir significativamente en el desarrollo académico y social del niño.
Los trastornos depresivos en la infancia y la adolescencia son más comunes de lo que se piensa y pueden presentarse de manera distinta a como lo hacen en los adultos. La tristeza persistente, la irritabilidad, la pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras y los cambios en el apetito o el sueño son algunos de los síntomas más comunes. En los jóvenes, estos trastornos suelen estar asociados con sentimientos de inutilidad, desesperanza y una autocrítica severa. La depresión puede estar vinculada a pérdidas emocionales, tanto reales como simbólicas, que no han sido procesadas adecuadamente. Ayudar a los niños y adolescentes a expresar sus emociones y explorar los conflictos subyacentes es clave para su recuperación.
Algunos ejemplos de tipos de depresiones:
Trastorno Depresivo Mayor
Se caracteriza por tristeza persistente, pérdida de interés en actividades y cambios en el apetito o el sueño. En adolescentes, también puede manifestarse como irritabilidad. Este trastorno puede estar relacionado con experiencias de pérdida, conflictos familiares o baja autoestima.
Trastorno Depresivo Persistente (Distimia)
Es una forma crónica de depresión con síntomas menos graves pero más prolongados. Los niños pueden parecer constantemente tristes, tener baja energía y dificultades para mantener la concentración.
Los trastornos del estado de ánimo incluyen condiciones como el trastorno bipolar y el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. Estas alteraciones se caracterizan por cambios extremos en las emociones, que pueden ir desde episodios de euforia y alta energía hasta periodos de tristeza profunda o irritabilidad. En los jóvenes, estas fluctuaciones emocionales pueden ser especialmente desafiantes, ya que afectan sus relaciones sociales, académicas y familiares. Estos trastornos pueden reflejar conflictos internos relacionados con la regulación emocional y la búsqueda de identidad. La terapia puede proporcionar un espacio seguro para explorar estas dinámicas y aprender a gestionar los cambios emocionales.
Trastorno Bipolar y Trastornos Relacionados
Se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, que van desde episodios de euforia (manía) hasta periodos de depresión profunda. Estos cambios pueden afectar significativamente el rendimiento académico y las relaciones familiares.
Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo
Es frecuente en niños y adolescentes que presentan irritabilidad persistente y arrebatos de ira desproporcionados para la situación. Puede estar relacionado con dificultades en la regulación emocional y un entorno familiar estresante.
Estos trastornos surgen como respuesta a experiencias traumáticas o eventos estresantes que han dejado una huella emocional significativa. Pueden incluir el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de apego reactivo y otros problemas relacionados con el estrés. Los niños y adolescentes que han vivido situaciones traumáticas pueden experimentar flashbacks, evitar recordatorios del evento o desarrollar una hipervigilancia constante. El trauma puede representar una ruptura en el sentido de seguridad y continuidad del yo. La terapia busca ayudar al niño o adolescente a procesar el evento traumático, reconstruir su sentido de seguridad y fortalecer sus recursos internos.
Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
Surge tras haber vivido o presenciado un evento traumático. Los niños pueden experimentar flashbacks, pesadillas y evitación de recordatorios del evento. También pueden mostrarse hiperalertas o emocionalmente retraídos.
Trastorno de Apego Reactivo
Se observa en niños que han sufrido negligencia o maltrato temprano. Pueden mostrar dificultades para formar vínculos seguros, evitar el contacto emocional o ser excesivamente desconfiados.
Trastorno de Relación Social Desinhibida
Niños con este trastorno pueden mostrar una confianza excesiva hacia desconocidos, lo que puede ponerlos en situaciones de riesgo. Suele estar relacionado con entornos familiares inestables.
Trastorno de Adaptación
Es una reacción emocional desproporcionada a un cambio significativo, como una mudanza o el divorcio de los padres. Los síntomas pueden incluir ansiedad, tristeza y dificultades para funcionar en el día a día.
Estos trastornos incluyen el trastorno negativista desafiante (TND), el trastorno explosivo intermitente y el trastorno de conducta. Los jóvenes con estas condiciones suelen mostrar comportamientos desafiantes, impulsivos o agresivos que interfieren con su vida diaria y sus relaciones. Estos comportamientos pueden interpretarse como expresiones de conflictos internos no resueltos, a menudo relacionados con frustraciones, rabia acumulada o dificultades para establecer límites saludables. La terapia puede ayudar a identificar las causas subyacentes y a desarrollar formas más constructivas de manejar las emociones.
Trastorno Negativista Desafiante (TND)
Se caracteriza por un comportamiento desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad. Suele estar relacionado con conflictos familiares o dificultades en el manejo de límites.
Trastorno Explosivo Intermitente
Se manifiesta en episodios de agresividad desproporcionada frente a situaciones cotidianas. Los niños pueden mostrar arrebatos de ira que duran pocos minutos pero tienen un gran impacto en su entorno.
Trastorno de Conducta
Incluye comportamientos persistentes que violan las normas sociales o los derechos de los demás, como mentir, robar o ser agresivo. Suele estar relacionado con un entorno familiar disfuncional o experiencias traumáticas.
Los trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, son problemas complejos que suelen estar relacionados con la imagen corporal, el control y la autoestima. En niños y adolescentes, estos trastornos pueden manifestarse como una forma de lidiar con emociones difíciles o situaciones de la vida que se sienten fuera de control. La relación con la comida puede simbolizar conflictos más profundos relacionados con el cuidado, la autonomía y la identidad. La terapia busca explorar estas dinámicas y fomentar una relación más saludable con la comida y el cuerpo.
Anorexia Nerviosa
Se caracteriza por una restricción extrema de la ingesta alimentaria, miedo intenso a ganar peso y una percepción distorsionada del propio cuerpo. Puede estar relacionada con una necesidad de control o una baja autoestima.
Bulimia Nerviosa
Se manifiesta en episodios recurrentes de atracones seguidos de conductas compensatorias como vómitos o ejercicio excesivo. Suele estar asociada con sentimientos de culpa y vergüenza.
Trastorno por Atracón
Implica episodios de ingesta excesiva de alimentos en un corto periodo de tiempo, sin conductas compensatorias. Los niños y adolescentes pueden sentir pérdida de control y malestar después de los atracones.
Pica
Consiste en la ingesta persistente de sustancias no nutritivas, como tierra o papel. Este trastorno puede estar relacionado con carencias nutricionales o problemas de desarrollo.
Trastorno de Rumiación
Se caracteriza por la regurgitación repetida de alimentos, que pueden ser masticados nuevamente o escupidos. Es más común en niños pequeños y puede estar relacionado con estrés o negligencia.
Trastorno de Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos
Se refiere a la evitación de ciertos alimentos por su textura, color o sabor, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales. Este trastorno puede estar asociado con ansiedad o experiencias negativas con la comida.
Los problemas de sueño en la infancia y la adolescencia, como el insomnio, las parasomnias o los trastornos del ritmo circadiano, pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional y físico. Estos trastornos suelen estar relacionados con la ansiedad, el estrés o conflictos internos no resueltos. Las dificultades para dormir pueden reflejar tensiones inconscientes que emergen en momentos de relajación. La terapia puede ayudar a identificar y abordar estas tensiones, promoviendo un sueño más reparador.
Insomnio Infantil
Dificultad para conciliar o mantener el sueño, lo que afecta el rendimiento diurno. Puede estar relacionado con ansiedad, malos hábitos de sueño o conflictos familiares.
Hipersomnia
Somnolencia excesiva durante el día, a pesar de haber dormido lo suficiente por la noche. Puede ser un signo de otros trastornos subyacentes.
Parasomnias
Incluyen terrores nocturnos, sonambulismo y pesadillas. Estos episodios suelen estar relacionados con el estrés o cambios en la rutina.
Trastorno del Ritmo Circadiano
Se refiere a un desajuste entre el horario de sueño del niño y las demandas sociales o escolares. Puede provocar fatiga y bajo rendimiento académico.
Las adicciones, incluidas las relacionadas con la tecnología, son problemas emergentes en la infancia y la adolescencia. Estas conductas suelen ser intentos de escapar de emociones difíciles o de llenar un vacío emocional. Las adicciones son una forma de lidiar con conflictos internos no resueltos o un intento de establecer un sentido de control. La terapia puede proporcionar un espacio para explorar las causas subyacentes y desarrollar estrategias más saludables de afrontamiento.
Adicción a la Tecnología o Videojuegos
Aunque no está oficialmente reconocido en el DSM-5, es un problema emergente. Se caracteriza por el uso excesivo de dispositivos, que afecta las relaciones familiares, el rendimiento escolar y la salud.
Estos trastornos se caracterizan por la presencia de síntomas físicos que no pueden explicarse completamente por una condición médica. Ejemplos incluyen el trastorno de conversión y el trastorno de somatización. En niños y adolescentes, estos síntomas pueden ser una forma de expresar angustia emocional o conflictos internos que no encuentran otra vía de salida; reflejan tensiones entre las necesidades emocionales y las expectativas externas. La terapia busca ayudar al joven a conectar con sus emociones y a encontrar formas más saludables de expresarlas.
Trastorno de Conversión
Se manifiesta en síntomas neurológicos, como parálisis o convulsiones, sin una causa médica identificable. Suele estar relacionado con estrés emocional o conflictos internos.
Trastorno de Somatización
Incluye quejas físicas múltiples sin una causa médica clara. Puede ser una forma de expresar emocionalmente el malestar.
Trastorno de Ansiedad por Enfermedad
Se caracteriza por una preocupación excesiva por tener una enfermedad grave, a pesar de las pruebas médicas normales. Puede estar relacionado con la ansiedad generalizada.
Trastorno Disociativo
Implica una desconexión en la memoria, identidad o percepción de la realidad. Puede estar relacionado con experiencias traumáticas.
Trastorno de Identidad de Género (Disforia de Género)
Se refiere al malestar significativo que experimenta un niño o adolescente cuya identidad de género no coincide con su sexo asignado al nacer.
Trastornos Psicóticos
Incluyen la esquizofrenia infantil y el trastorno esquizofreniforme, caracterizados por alucinaciones, delirios y pensamiento desorganizado. Suele aparecer en la adolescencia y requiere intervención temprana.
Enuresis
Se refiere a orinarse involuntariamente durante el día o la noche (enuresis diurna o nocturna), más allá de la edad en que se espera el control vesical. Puede ser primaria (cuando nunca se ha alcanzado el control) o secundaria (cuando el control se pierde después de haberlo logrado). La enuresis está elacionada con conflictos emocionales, ansiedad, o sentimientos de inseguridad. Es importante abordar tanto los aspectos físicos como los emocionales para ayudar al niño.
Encopresis
La encopresis es la evacuación repetida de heces de forma involuntaria o intencionada en lugares inapropiados, como la ropa o el suelo, en niños mayores de 4 años. Puede estar asociada con estreñimiento crónico o con problemas emocionales, como ansiedad o dificultades para manejar la presión. La encopresis es una expresión de conflictos internos o una forma de manifestar frustración o resistencia ante situaciones percibidas como exigentes. La terapia puede ayudar a identificar y resolver las causas subyacentes.