Psicología y Psicoterapia

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Nuestro enfoque terapéutico

Contamos con más de 20 años de experiencia en la práctica clínica. Nuestro foco se centra en la importancia que le damos a la atención personalizada de cada paciente y partimos de la premisa de que sin Salud Mental no hay Salud.

No se trata tanto de “qué” nos ocurre sino de “cómo” lo vivimos y gestionamos, en función de nuestra personalidad, recursos psíquicos e historia pasada. Por ello el primer paso para proponer un tratamiento adecuado es hacer una evaluación individualizada.

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Somos especialistas en psicología y psicoterapia perinatal, infantil, adolescentes, adultos, parejas y familias. 

Los problemas de fertilidad afectan a muchas parejas que desean formar una familia, y pueden estar relacionados con diversos factores, tanto físicos como emocionales. La infertilidad puede ser causada por trastornos hormonales, problemas ovulatorios, obstrucción de las trompas de Falopio, entre otros. Además de los tratamientos médicos como la inseminación artificial o la fecundación in vitro, el apoyo emocional es esencial para afrontar las tensiones y el estrés que conlleva este proceso. La psicoterapia es útil para explorar los aspectos emocionales y psicológicos que impactan en la fertilidad.

La ansiedad en el embarazo es una respuesta emocional común, especialmente cuando surgen preocupaciones sobre la salud del bebé o los cambios que la maternidad implica. Aunque algunas dosis de ansiedad son normales, cuando se vuelve excesiva puede afectar tanto a la madre como al bebé. En nuestros centros podemos ayudar a las futuras madres a explorar y gestionar sus miedos, preocupaciones y emociones relacionadas con el embarazo, creando un espacio seguro para procesar estos sentimientos.

La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es una decisión personal que puede generar una gran carga emocional. Las mujeres que atraviesan este proceso pueden experimentar una mezcla de emociones, desde alivio hasta tristeza o culpa. La psicoterapia es clave para procesar estas emociones y encontrar un camino hacia la sanación. Es fundamental ofrecer un espacio de acompañamiento emocional que permita a las mujeres entender y manejar las implicaciones psicológicas de esta decisión.

Las pérdidas perinatales son momentos profundamente dolorosos para las familias. La muerte de un bebé, ya sea antes o después del parto, genera un duelo único y complejo. A nivel emocional, los padres pueden experimentar una amplia gama de sentimientos, como tristeza, ira, culpa o incredulidad. La psicoterapia ofrece un espacio para explorar estos sentimientos y acompañar a los padres en el proceso de duelo, ayudándoles a encontrar formas de sanar y seguir adelante.

Los bebés prematuros o aquellos con necesidades hospitalarias enfrentan una serie de desafíos médicos y emocionales. Los padres pueden sentir ansiedad, miedo y un profundo estrés debido a la incertidumbre sobre la salud de su bebé. La psicoterapia puede ayudar a los padres a gestionar estos sentimientos, proporcionándoles herramientas para manejar la ansiedad y fortalecer su capacidad para hacer frente a esta experiencia tan difícil.

La depresión postparto es una condición común que afecta a muchas madres después del nacimiento de su bebé. Los síntomas incluyen tristeza profunda, fatiga extrema, pérdida de interés y dificultades para vincularse con el bebé. Es fundamental reconocer estos signos temprano y buscar ayuda profesional. La psicoterapia es una herramienta eficaz para tratar la depresión postparto, ayudando a las madres a comprender y gestionar las emociones complejas que surgen en esta etapa.

La crianza de los hijos es un proceso desafiante que puede incluir dificultades como problemas de comportamiento, falta de comunicación y agotamiento emocional. Los padres pueden sentirse abrumados, y en ocasiones, es necesario buscar apoyo psicológico para mejorar la relación con sus hijos y aprender nuevas estrategias de crianza. En nuestros centros ayudamos a los padres a comprender los conflictos internos y emocionales que pueden estar afectando su capacidad para criar de manera efectiva.

El destete respetuoso es un enfoque gradual y considerado para que el bebé deje el pecho de manera suave, respetando sus necesidades emocionales y físicas. Este proceso implica un cambio en la dinámica de la relación madre-hijo, lo que puede generar sentimientos de tristeza, ansiedad o inseguridad. La psicoterapia puede ayudar a las madres a gestionar estas emociones, facilitando una transición más fluida y respetuosa tanto para la madre como para el bebé.

La valoración emocional online del embarazo y postparto es una prueba que permite evaluar el bienestar emocional de las mujeres durante estas etapas clave de su vida. A través de esta valoración, se identifican posibles dificultades emocionales, como ansiedad o depresión, que pueden surgir durante el embarazo o después del parto. Esta herramienta proporciona un diagnóstico temprano que facilita la intervención psicológica adecuada. Al ser realizada online, ofrece a las mujeres un acceso cómodo y flexible a la evaluación, permitiéndoles recibir el apoyo necesario para gestionar las emociones y adaptarse a los cambios que conlleva la maternidad.

Si no te sientes bien y dudas si necesitas ayuda profesional, esta puede ser una manera sencilla de tener una primera valoración.

    • Valoración Emocional en el Embarazo

    • Valoración Emocional en el Postparto

¿Qué incluyen?

    • Cuestionario Online

    • Corrección de las respuestas

    • Cita telefónica para comentar los resultados

Precio: 90€

Los trastornos de ansiedad son condiciones emocionales caracterizadas por un miedo y preocupaciones excesivas y persistentes que interfieren en la vida cotidiana. Aunque la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de amenaza, cuando se vuelve constante o desproporcionada, nos indica que algo está ocurriendo. En los niños y adolescentes, la ansiedad puede manifestarse de formas diversas, como miedos intensos a la separación de los padres, temor a situaciones sociales o preocupaciones generales difíciles de controlar. Estos trastornos suelen estar relacionados con la dificultad para manejar emociones y un estado de alerta constante frente a posibles amenazas. La terapia puede ayudar a explorar estas raíces y a desarrollar estrategias para manejar los síntomas.

Aquí algunos ejemplos de trastornos de ansiedad:

 

Trastorno de Ansiedad por Separación

Es una ansiedad intensa y persistente que se manifiesta cuando el niño o adolescente debe separarse de sus figuras de apego, como los padres. Los niños pueden experimentar miedo extremo a que algo malo les suceda a ellos o a sus cuidadores, lo que puede provocar llanto, quejas somáticas (dolores de cabeza, náuseas) y rechazo a ir al colegio. Este trastorno puede estar relacionado con un apego inseguro o situaciones de pérdida.

Fobia Específica

Se caracteriza por un miedo intenso e irracional hacia objetos o situaciones específicas, como animales, alturas o tormentas. Este miedo puede desencadenar evitación activa y síntomas físicos como taquicardia o sudoración. En muchos casos, puede estar relacionado con experiencias traumáticas tempranas o asociaciones inconscientes.

Fobia Social (Ansiedad Social)

Es un miedo persistente a ser evaluado o juzgado negativamente en situaciones sociales. Los adolescentes pueden evitar hablar en público, conocer gente nueva o participar en actividades grupales. Este trastorno puede surgir de experiencias humillantes o críticas en la infancia.

Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)

Se caracteriza por preocupaciones excesivas y difíciles de controlar sobre diferentes aspectos de la vida diaria, como el rendimiento escolar o la salud. Los niños y adolescentes con TAG suelen experimentar tensión muscular, irritabilidad y dificultades para concentrarse.

Trastorno de Pánico

Se manifiesta en episodios repentinos de miedo intenso acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, dificultad para respirar y sensación de pérdida de control. Puede estar relacionado con experiencias traumáticas o estados de alta vulnerabilidad emocional.

Mutismo Selectivo

Es la incapacidad de hablar en ciertas situaciones sociales a pesar de hacerlo con normalidad en otros contextos. Generalmente se asocia con una ansiedad social extrema y puede interferir significativamente en el desarrollo académico y social del niño.

Los trastornos depresivos en la infancia y la adolescencia son más comunes de lo que se piensa y pueden presentarse de manera distinta a como lo hacen en los adultos. La tristeza persistente, la irritabilidad, la pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras y los cambios en el apetito o el sueño son algunos de los síntomas más comunes. En los jóvenes, estos trastornos suelen estar asociados con sentimientos de inutilidad, desesperanza y una autocrítica severa. La depresión puede estar vinculada a pérdidas emocionales, tanto reales como simbólicas, que no han sido procesadas adecuadamente. Ayudar a los niños y adolescentes a expresar sus emociones y explorar los conflictos subyacentes es clave para su recuperación.

Algunos ejemplos de tipos de depresiones:

Trastorno Depresivo Mayor

Se caracteriza por tristeza persistente, pérdida de interés en actividades y cambios en el apetito o el sueño. En adolescentes, también puede manifestarse como irritabilidad. Este trastorno puede estar relacionado con experiencias de pérdida, conflictos familiares o baja autoestima.

Trastorno Depresivo Persistente (Distimia)

Es una forma crónica de depresión con síntomas menos graves pero más prolongados. Los niños pueden parecer constantemente tristes, tener baja energía y dificultades para mantener la concentración.

Los trastornos del estado de ánimo incluyen condiciones como el trastorno bipolar y el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. Estas alteraciones se caracterizan por cambios extremos en las emociones, que pueden ir desde episodios de euforia y alta energía hasta periodos de tristeza profunda o irritabilidad. En los jóvenes, estas fluctuaciones emocionales pueden ser especialmente desafiantes, ya que afectan sus relaciones sociales, académicas y familiares. Estos trastornos pueden reflejar conflictos internos relacionados con la regulación emocional y la búsqueda de identidad. La terapia puede proporcionar un espacio seguro para explorar estas dinámicas y aprender a gestionar los cambios emocionales.

Trastorno Bipolar y Trastornos Relacionados

Se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, que van desde episodios de euforia (manía) hasta periodos de depresión profunda. Estos cambios pueden afectar significativamente el rendimiento académico y las relaciones familiares.

Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo

Es frecuente en niños y adolescentes que presentan irritabilidad persistente y arrebatos de ira desproporcionados para la situación. Puede estar relacionado con dificultades en la regulación emocional y un entorno familiar estresante.

Estos trastornos surgen como respuesta a experiencias traumáticas o eventos estresantes que han dejado una huella emocional significativa. Pueden incluir el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de apego reactivo y otros problemas relacionados con el estrés. Los niños y adolescentes que han vivido situaciones traumáticas pueden experimentar flashbacks, evitar recordatorios del evento o desarrollar una hipervigilancia constante. El trauma puede representar una ruptura en el sentido de seguridad y continuidad del yo. La terapia busca ayudar al niño o adolescente a procesar el evento traumático, reconstruir su sentido de seguridad y fortalecer sus recursos internos.

Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)

Surge tras haber vivido o presenciado un evento traumático. Los niños pueden experimentar flashbacks, pesadillas y evitación de recordatorios del evento. También pueden mostrarse hiperalertas o emocionalmente retraídos.

Trastorno de Apego Reactivo

Se observa en niños que han sufrido negligencia o maltrato temprano. Pueden mostrar dificultades para formar vínculos seguros, evitar el contacto emocional o ser excesivamente desconfiados.

Trastorno de Relación Social Desinhibida

Niños con este trastorno pueden mostrar una confianza excesiva hacia desconocidos, lo que puede ponerlos en situaciones de riesgo. Suele estar relacionado con entornos familiares inestables.

Trastorno de Adaptación

Es una reacción emocional desproporcionada a un cambio significativo, como una mudanza o el divorcio de los padres. Los síntomas pueden incluir ansiedad, tristeza y dificultades para funcionar en el día a día.

Estos trastornos incluyen el trastorno negativista desafiante (TND), el trastorno explosivo intermitente y el trastorno de conducta. Los jóvenes con estas condiciones suelen mostrar comportamientos desafiantes, impulsivos o agresivos que interfieren con su vida diaria y sus relaciones. Estos comportamientos pueden interpretarse como expresiones de conflictos internos no resueltos, a menudo relacionados con frustraciones, rabia acumulada o dificultades para establecer límites saludables. La terapia puede ayudar a identificar las causas subyacentes y a desarrollar formas más constructivas de manejar las emociones.

Trastorno Negativista Desafiante (TND)

Se caracteriza por un comportamiento desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad. Suele estar relacionado con conflictos familiares o dificultades en el manejo de límites.

Trastorno Explosivo Intermitente

Se manifiesta en episodios de agresividad desproporcionada frente a situaciones cotidianas. Los niños pueden mostrar arrebatos de ira que duran pocos minutos pero tienen un gran impacto en su entorno.

Trastorno de Conducta

Incluye comportamientos persistentes que violan las normas sociales o los derechos de los demás, como mentir, robar o ser agresivo. Suele estar relacionado con un entorno familiar disfuncional o experiencias traumáticas.

Los trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, son problemas complejos que suelen estar relacionados con la imagen corporal, el control y la autoestima. En niños y adolescentes, estos trastornos pueden manifestarse como una forma de lidiar con emociones difíciles o situaciones de la vida que se sienten fuera de control. La relación con la comida puede simbolizar conflictos más profundos relacionados con el cuidado, la autonomía y la identidad. La terapia busca explorar estas dinámicas y fomentar una relación más saludable con la comida y el cuerpo.

 

Anorexia Nerviosa

Se caracteriza por una restricción extrema de la ingesta alimentaria, miedo intenso a ganar peso y una percepción distorsionada del propio cuerpo. Puede estar relacionada con una necesidad de control o una baja autoestima.

Bulimia Nerviosa

Se manifiesta en episodios recurrentes de atracones seguidos de conductas compensatorias como vómitos o ejercicio excesivo. Suele estar asociada con sentimientos de culpa y vergüenza.

Trastorno por Atracón

Implica episodios de ingesta excesiva de alimentos en un corto periodo de tiempo, sin conductas compensatorias. Los niños y adolescentes pueden sentir pérdida de control y malestar después de los atracones.

Pica

Consiste en la ingesta persistente de sustancias no nutritivas, como tierra o papel. Este trastorno puede estar relacionado con carencias nutricionales o problemas de desarrollo.

Trastorno de Rumiación

Se caracteriza por la regurgitación repetida de alimentos, que pueden ser masticados nuevamente o escupidos. Es más común en niños pequeños y puede estar relacionado con estrés o negligencia.

Trastorno de Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos

Se refiere a la evitación de ciertos alimentos por su textura, color o sabor, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales. Este trastorno puede estar asociado con ansiedad o experiencias negativas con la comida.

Los problemas de sueño en la infancia y la adolescencia, como el insomnio, las parasomnias o los trastornos del ritmo circadiano, pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional y físico. Estos trastornos suelen estar relacionados con la ansiedad, el estrés o conflictos internos no resueltos. Las dificultades para dormir pueden reflejar tensiones inconscientes que emergen en momentos de relajación. La terapia puede ayudar a identificar y abordar estas tensiones, promoviendo un sueño más reparador.

Insomnio Infantil

Dificultad para conciliar o mantener el sueño, lo que afecta el rendimiento diurno. Puede estar relacionado con ansiedad, malos hábitos de sueño o conflictos familiares.

Hipersomnia

Somnolencia excesiva durante el día, a pesar de haber dormido lo suficiente por la noche. Puede ser un signo de otros trastornos subyacentes.

Parasomnias

Incluyen terrores nocturnos, sonambulismo y pesadillas. Estos episodios suelen estar relacionados con el estrés o cambios en la rutina.

Trastorno del Ritmo Circadiano

Se refiere a un desajuste entre el horario de sueño del niño y las demandas sociales o escolares. Puede provocar fatiga y bajo rendimiento académico.

Las adicciones, incluidas las relacionadas con la tecnología, son problemas emergentes en la infancia y la adolescencia. Estas conductas suelen ser intentos de escapar de emociones difíciles o de llenar un vacío emocional. Las adicciones son una forma de lidiar con conflictos internos no resueltos o un intento de establecer un sentido de control. La terapia puede proporcionar un espacio para explorar las causas subyacentes y desarrollar estrategias más saludables de afrontamiento.

Adicción a la Tecnología o Videojuegos

Aunque no está oficialmente reconocido en el DSM-5, es un problema emergente. Se caracteriza por el uso excesivo de dispositivos, que afecta las relaciones familiares, el rendimiento escolar y la salud.

Estos trastornos se caracterizan por la presencia de síntomas físicos que no pueden explicarse completamente por una condición médica. Ejemplos incluyen el trastorno de conversión y el trastorno de somatización. En niños y adolescentes, estos síntomas pueden ser una forma de expresar angustia emocional o conflictos internos que no encuentran otra vía de salida; reflejan tensiones entre las necesidades emocionales y las expectativas externas. La terapia busca ayudar al joven a conectar con sus emociones y a encontrar formas más saludables de expresarlas.

Trastorno de Conversión

Se manifiesta en síntomas neurológicos, como parálisis o convulsiones, sin una causa médica identificable. Suele estar relacionado con estrés emocional o conflictos internos.

Trastorno de Somatización

Incluye quejas físicas múltiples sin una causa médica clara. Puede ser una forma de expresar emocionalmente el malestar.

Trastorno de Ansiedad por Enfermedad

Se caracteriza por una preocupación excesiva por tener una enfermedad grave, a pesar de las pruebas médicas normales. Puede estar relacionado con la ansiedad generalizada.

Trastorno Disociativo

Implica una desconexión en la memoria, identidad o percepción de la realidad. Puede estar relacionado con experiencias traumáticas.

Trastorno de Identidad de Género (Disforia de Género)

Se refiere al malestar significativo que experimenta un niño o adolescente cuya identidad de género no coincide con su sexo asignado al nacer.

Trastornos Psicóticos

Incluyen la esquizofrenia infantil y el trastorno esquizofreniforme, caracterizados por alucinaciones, delirios y pensamiento desorganizado. Suele aparecer en la adolescencia y requiere intervención temprana.

Enuresis

Se refiere a orinarse involuntariamente durante el día o la noche (enuresis diurna o nocturna), más allá de la edad en que se espera el control vesical. Puede ser primaria (cuando nunca se ha alcanzado el control) o secundaria (cuando el control se pierde después de haberlo logrado). La enuresis está elacionada con conflictos emocionales, ansiedad, o sentimientos de inseguridad. Es importante abordar tanto los aspectos físicos como los emocionales para ayudar al niño.

Encopresis

La encopresis es la evacuación repetida de heces de forma involuntaria o intencionada en lugares inapropiados, como la ropa o el suelo, en niños mayores de 4 años. Puede estar asociada con estreñimiento crónico o con problemas emocionales, como ansiedad o dificultades para manejar la presión. La encopresis es una expresión de conflictos internos o una forma de manifestar frustración o resistencia ante situaciones percibidas como exigentes. La terapia puede ayudar a identificar y resolver las causas subyacentes.

 

Los trastornos de ansiedad son condiciones emocionales caracterizadas por un miedo y preocupaciones excesivas y persistentes que interfieren en la vida cotidiana. Aunque la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de amenaza, cuando se vuelve constante o desproporcionada, nos indica que algo está ocurriendo. En los niños y adolescentes, la ansiedad puede manifestarse de formas diversas, como miedos intensos a la separación de los padres, temor a situaciones sociales o preocupaciones generales difíciles de controlar. Estos trastornos suelen estar relacionados con la dificultad para manejar emociones y un estado de alerta constante frente a posibles amenazas. La terapia puede ayudar a explorar estas raíces y a desarrollar estrategias para manejar los síntomas.

Aquí algunos ejemplos de trastornos de ansiedad:

Fobia Específica

Se caracteriza por un miedo intenso e irracional hacia objetos o situaciones específicas, como animales, alturas o tormentas. Este miedo puede desencadenar evitación activa y síntomas físicos como taquicardia o sudoración. En muchos casos, puede estar relacionado con experiencias traumáticas tempranas o asociaciones inconscientes.

Fobia Social (Ansiedad Social)

Es un miedo persistente a ser evaluado o juzgado negativamente en situaciones sociales. Los adolescentes pueden evitar hablar en público, conocer gente nueva o participar en actividades grupales. Este trastorno puede surgir de experiencias humillantes o críticas en la infancia.

Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)

Se caracteriza por preocupaciones excesivas y difíciles de controlar sobre diferentes aspectos de la vida diaria, como el rendimiento escolar o la salud. Los niños y adolescentes con TAG suelen experimentar tensión muscular, irritabilidad y dificultades para concentrarse.

Trastorno de Pánico

Se manifiesta en episodios repentinos de miedo intenso acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, dificultad para respirar y sensación de pérdida de control. Puede estar relacionado con experiencias traumáticas o estados de alta vulnerabilidad emocional.

Mutismo Selectivo

Es la incapacidad de hablar en ciertas situaciones sociales a pesar de hacerlo con normalidad en otros contextos. Generalmente se asocia con una ansiedad social extrema y puede interferir significativamente en el desarrollo académico y social del niño.

Los trastornos depresivos en la infancia y la adolescencia son más comunes de lo que se piensa y pueden presentarse de manera distinta a como lo hacen en los adultos. La tristeza persistente, la irritabilidad, la pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras y los cambios en el apetito o el sueño son algunos de los síntomas más comunes. En los jóvenes, estos trastornos suelen estar asociados con sentimientos de inutilidad, desesperanza y una autocrítica severa. La depresión puede estar vinculada a pérdidas emocionales, tanto reales como simbólicas, que no han sido procesadas adecuadamente. Ayudar a los niños y adolescentes a expresar sus emociones y explorar los conflictos subyacentes es clave para su recuperación.

Algunos ejemplos de tipos de depresiones:

Trastorno Depresivo Mayor

Se caracteriza por tristeza persistente, pérdida de interés en actividades y cambios en el apetito o el sueño. En adolescentes, también puede manifestarse como irritabilidad. Este trastorno puede estar relacionado con experiencias de pérdida, conflictos familiares o baja autoestima.

Trastorno Depresivo Persistente (Distimia)

Es una forma crónica de depresión con síntomas menos graves pero más prolongados. Los niños pueden parecer constantemente tristes, tener baja energía y dificultades para mantener la concentración.

Trastorno Disfórico Premenstrual (en Adolescentes)

Se refiere a cambios emocionales severos y otros síntomas físicos que ocurren antes de la menstruación. Puede incluir irritabilidad, tristeza intensa y dificultad para concentrarse.

Los trastornos del estado de ánimo incluyen condiciones como el trastorno bipolar y el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. Estas alteraciones se caracterizan por cambios extremos en las emociones, que pueden ir desde episodios de euforia y alta energía hasta periodos de tristeza profunda o irritabilidad. En los jóvenes, estas fluctuaciones emocionales pueden ser especialmente desafiantes, ya que afectan sus relaciones sociales, académicas y familiares. Estos trastornos pueden reflejar conflictos internos relacionados con la regulación emocional y la búsqueda de identidad. La terapia puede proporcionar un espacio seguro para explorar estas dinámicas y aprender a gestionar los cambios emocionales.

Trastorno Bipolar y Trastornos Relacionados

Se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, que van desde episodios de euforia (manía) hasta periodos de depresión profunda. Estos cambios pueden afectar significativamente el rendimiento académico y las relaciones familiares.

Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo

Es frecuente en niños y adolescentes que presentan irritabilidad persistente y arrebatos de ira desproporcionados para la situación. Puede estar relacionado con dificultades en la regulación emocional y un entorno familiar estresante.

Estos trastornos surgen como respuesta a experiencias traumáticas o eventos estresantes que han dejado una huella emocional significativa. Pueden incluir el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de apego reactivo y otros problemas relacionados con el estrés. Los niños y adolescentes que han vivido situaciones traumáticas pueden experimentar flashbacks, evitar recordatorios del evento o desarrollar una hipervigilancia constante. El trauma puede representar una ruptura en el sentido de seguridad y continuidad del yo. La terapia busca ayudar al niño o adolescente a procesar el evento traumático, reconstruir su sentido de seguridad y fortalecer sus recursos internos.

Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)

Surge tras haber vivido o presenciado un evento traumático. Los niños pueden experimentar flashbacks, pesadillas y evitación de recordatorios del evento. También pueden mostrarse hiperalertas o emocionalmente retraídos.

Trastorno de Adaptación

Es una reacción emocional desproporcionada a un cambio significativo, como una mudanza o el divorcio de los padres. Los síntomas pueden incluir ansiedad, tristeza y dificultades para funcionar en el día a día.

Estos trastornos incluyen el trastorno negativista desafiante (TND), el trastorno explosivo intermitente y el trastorno de conducta. Los jóvenes con estas condiciones suelen mostrar comportamientos desafiantes, impulsivos o agresivos que interfieren con su vida diaria y sus relaciones. Estos comportamientos pueden interpretarse como expresiones de conflictos internos no resueltos, a menudo relacionados con frustraciones, rabia acumulada o dificultades para establecer límites saludables. La terapia puede ayudar a identificar las causas subyacentes y a desarrollar formas más constructivas de manejar las emociones.

Trastorno Negativista Desafiante (TND)

Se caracteriza por un comportamiento desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad. Suele estar relacionado con conflictos familiares o dificultades en el manejo de límites.

Trastorno Explosivo Intermitente

Se manifiesta en episodios de agresividad desproporcionada frente a situaciones cotidianas. Los niños pueden mostrar arrebatos de ira que duran pocos minutos pero tienen un gran impacto en su entorno.

Trastorno de Conducta

Incluye comportamientos persistentes que violan las normas sociales o los derechos de los demás, como mentir, robar o ser agresivo. Suele estar relacionado con un entorno familiar disfuncional o experiencias traumáticas.

Los trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, son problemas complejos que suelen estar relacionados con la imagen corporal, el control y la autoestima. En niños y adolescentes, estos trastornos pueden manifestarse como una forma de lidiar con emociones difíciles o situaciones de la vida que se sienten fuera de control. La relación con la comida puede simbolizar conflictos más profundos relacionados con el cuidado, la autonomía y la identidad. La terapia busca explorar estas dinámicas y fomentar una relación más saludable con la comida y el cuerpo.

Anorexia Nerviosa

Se caracteriza por una restricción extrema de la ingesta alimentaria, miedo intenso a ganar peso y una percepción distorsionada del propio cuerpo. Puede estar relacionada con una necesidad de control o una baja autoestima.

Bulimia Nerviosa

Se manifiesta en episodios recurrentes de atracones seguidos de conductas compensatorias como vómitos o ejercicio excesivo. Suele estar asociada con sentimientos de culpa y vergüenza.

Trastorno por Atracón

Implica episodios de ingesta excesiva de alimentos en un corto periodo de tiempo, sin conductas compensatorias. Los niños y adolescentes pueden sentir pérdida de control y malestar después de los atracones.

Trastorno de Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos

Se refiere a la evitación de ciertos alimentos por su textura, color o sabor, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales. Este trastorno puede estar asociado con ansiedad o experiencias negativas con la comida.

Los problemas de sueño en la infancia y la adolescencia, como el insomnio, las parasomnias o los trastornos del ritmo circadiano, pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional y físico. Estos trastornos suelen estar relacionados con la ansiedad, el estrés o conflictos internos no resueltos. Las dificultades para dormir pueden reflejar tensiones inconscientes que emergen en momentos de relajación. La terapia puede ayudar a identificar y abordar estas tensiones, promoviendo un sueño más reparador.

Insomnio Infantil

Dificultad para conciliar o mantener el sueño, lo que afecta el rendimiento diurno. Puede estar relacionado con ansiedad, malos hábitos de sueño o conflictos familiares.

Hipersomnia

Somnolencia excesiva durante el día, a pesar de haber dormido lo suficiente por la noche. Puede ser un signo de otros trastornos subyacentes.

Parasomnias

Incluyen terrores nocturnos, sonambulismo y pesadillas. Estos episodios suelen estar relacionados con el estrés o cambios en la rutina.

Trastorno del Ritmo Circadiano

Se refiere a un desajuste entre el horario de sueño del niño y las demandas sociales o escolares. Puede provocar fatiga y bajo rendimiento académico.

El consumo de sustancias y las adicciones, incluidas las relacionadas con la tecnología, son problemas emergentes en la infancia y la adolescencia. Estas conductas suelen ser intentos de escapar de emociones difíciles o de llenar un vacío emocional. Las adicciones son una forma de lidiar con conflictos internos no resueltos o un intento de establecer un sentido de control. La terapia puede proporcionar un espacio para explorar las causas subyacentes y desarrollar estrategias más saludables de afrontamiento.

Trastorno por Consumo de Sustancias

Incluye el uso problemático de alcohol o drogas, que interfiere con las actividades diarias y las relaciones. Puede estar relacionado con la presión social o la búsqueda de alivio emocional.

Adicción a la Tecnología o Videojuegos

Aunque no está oficialmente reconocido en el DSM-5, es un problema emergente. Se caracteriza por el uso excesivo de dispositivos, que afecta las relaciones familiares, el rendimiento escolar y la salud.

Estos trastornos se caracterizan por la presencia de síntomas físicos que no pueden explicarse completamente por una condición médica. Ejemplos incluyen el trastorno de conversión y el trastorno de somatización. En niños y adolescentes, estos síntomas pueden ser una forma de expresar angustia emocional o conflictos internos que no encuentran otra vía de salida; reflejan tensiones entre las necesidades emocionales y las expectativas externas. La terapia busca ayudar al joven a conectar con sus emociones y a encontrar formas más saludables de expresarlas.

Trastorno de Conversión

Se manifiesta en síntomas neurológicos, como parálisis o convulsiones, sin una causa médica identificable. Suele estar relacionado con estrés emocional o conflictos internos.

Trastorno de Somatización

Incluye quejas físicas múltiples sin una causa médica clara. Puede ser una forma de expresar emocionalmente el malestar.

Trastorno de Ansiedad por Enfermedad

Se caracteriza por una preocupación excesiva por tener una enfermedad grave, a pesar de las pruebas médicas normales. Puede estar relacionado con la ansiedad generalizada.

Trastorno Disociativo

Implica una desconexión en la memoria, identidad o percepción de la realidad. Puede estar relacionado con experiencias traumáticas.

Trastorno de Identidad de Género (Disforia de Género)

Se refiere al malestar significativo que experimenta un niño o adolescente cuya identidad de género no coincide con su sexo asignado al nacer.

Trastornos Psicóticos

Incluyen la esquizofrenia infantil y el trastorno esquizofreniforme, caracterizados por alucinaciones, delirios y pensamiento desorganizado. Suele aparecer en la adolescencia y requiere intervención temprana.

 

La ansiedad es una sensación de preocupación constante que puede surgir sin razón aparente, acompañada de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración excesiva,
mareos o tensión muscular. A menudo, se experimenta como una sensación de estar al borde de algo malo, incluso cuando no hay una amenaza real. Las personas con
ansiedad pueden sentir que no pueden relajarse o concentrarse en las tareas cotidianas, lo que puede generar un impacto significativo en la vida diaria. La ansiedad puede ser desencadenada por situaciones específicas, pero en muchos casos, se presenta de manera generalizada, afectando todas las áreas de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones personales.

La depresión va más allá de sentirse triste de vez en cuando. Se caracteriza por una tristeza profunda y persistente, que puede durar semanas o meses, acompañada de una sensación de vacío o desesperanza. A menudo, las personas que experimentan depresión pierden el interés en actividades que antes les resultaban placenteras, como pasar tiempo con amigos o disfrutar de sus hobbies. Además, pueden sentirse agotadas todo el tiempo, incluso después de descansar. Los pensamientos negativos sobre uno mismo, la baja autoestima y la falta de motivación para hacer las tareas cotidianas son comunes. En casos más graves, la depresión puede llevar a pensamientos sobre la muerte o el suicidio, lo que hace aún más urgente buscar apoyo profesional.

Las obsesiones son pensamientos intrusivos, repetitivos y no deseados que generan ansiedad. Estos pensamientos pueden estar relacionados con miedos irracionales, como la idea de que algo terrible ocurrirá si no se realiza una acción específica. Las compulsiones son comportamientos repetitivos que se realizan para aliviar la ansiedad generada por las obsesiones. Por ejemplo, una persona puede sentir la necesidad de lavar sus manos varias veces al día o comprobar que las puertas están cerradas de manera excesiva. Aunque estas conductas pueden parecer irracionales o fuera de lugar, quien las experimenta siente que no puede evitar realizarlas. Este ciclo de pensamientos y comportamientos puede consumir mucho tiempo y energía, interfiriendo en la vida diaria.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se desarrolla después de una experiencia traumática significativa, como un accidente, abuso o un evento violento. Las personas con TEPT reviven el trauma a través de recuerdos intrusivos, pesadillas o flashbacks, lo que les hace sentir que están reviviendo el evento una y otra vez. Estos recuerdos pueden ser tan vívidos que es difícil diferenciar entre lo que ocurrió en el pasado y lo que está sucediendo en el presente. Además, las personas con TEPT suelen evitar lugares, personas o situaciones que les recuerdan el trauma. La hipervigilancia, o la sensación constante de estar en alerta, es otro síntoma común, lo que hace que la persona se sienta tensa o irritable. El TEPT puede afectar gravemente la capacidad de una persona para llevar una vida cotidiana normal.

Los cambios de humor extremos son característicos de trastornos como el trastorno bipolar. Estos cambios pueden incluir períodos de euforia o energía desmesurada, seguidos de episodios de tristeza profunda o desesperanza. Durante los episodios maníacos, la persona puede sentirse invencible, hablar rápidamente, tomar decisiones impulsivas o tener una falta de juicio. En los episodios depresivos, puede haber una pérdida total de energía, desinterés por las actividades diarias y una sensación de inutilidad. Estos altibajos emocionales pueden ocurrir de manera impredecible y afectar las relaciones personales, el trabajo y el bienestar general. Si estos cambios de humor son frecuentes y afectan la vida cotidiana, es importante explorar el origen de estos síntomas para encontrar formas de manejarlos.

Las dificultades para mantener relaciones saludables pueden estar relacionadas con patrones de comportamiento que afectan la forma en que una persona se relaciona con los demás. Por ejemplo, las personas que temen ser abandonadas o rechazadas pueden experimentar ansiedad en las relaciones, lo que puede llevarlas a actuar de manera posesiva o dependiente. En otros casos, puede haber una sensación de desconexión con los demás, como si nadie pudiera comprender lo que se está viviendo. Estos patrones pueden generar conflictos constantes y dificultar la formación de relaciones saludables y equilibradas. A menudo, las personas con dificultades en las relaciones también experimentan problemas de autoestima, lo que agrava aún más la situación.

Experimentar una sensación de desconexión con la realidad o sentirse como si se estuviera observando desde fuera de uno mismo es una experiencia desconcertante. Las personas que atraviesan estos sentimientos pueden tener dificultades para concentrarse o tomar decisiones, y pueden sentirse perdidas o desorientadas. En algunos casos, esto puede estar relacionado con un trastorno disociativo, donde la persona se siente desconectada de su propio cuerpo o de su entorno. Estos síntomas pueden surgir en respuesta a situaciones de estrés extremo o traumas pasados, y pueden hacer que la persona se sienta distante de su propia vida. Aunque puede ser aterrador, hay formas de explorar estas sensaciones y encontrar maneras de reconectar con la realidad.

Las preocupaciones excesivas sobre la imagen corporal o la alimentación pueden indicar un trastorno relacionado con la alimentación, como la anorexia nerviosa o la bulimia. Las personas con estos trastornos a menudo tienen una imagen corporal distorsionada, viéndose a sí mismas de manera negativa, incluso si están por debajo del peso saludable. La necesidad de controlar la ingesta de alimentos o de hacer ejercicio en exceso puede convertirse en una obsesión, y las conductas de purga, como el vómito o el uso excesivo de laxantes, pueden ser comunes. Estos trastornos no solo afectan el cuerpo, sino que también tienen un profundo impacto en la salud mental y emocional. La preocupación constante por el peso y la figura puede generar ansiedad, tristeza y un sentimiento de no estar nunca a la altura de los estándares de belleza.

Los cambios importantes en la vida, como un cambio de trabajo, una mudanza o la pérdida de un ser querido, pueden generar estrés y ansiedad. Algunas personas tienen más dificultades para adaptarse a estos cambios, lo que puede llevar a sentimientos de inseguridad, tristeza o confusión. A veces, el miedo al futuro o la incapacidad de encontrar un nuevo propósito pueden dificultar el proceso de adaptación. Este estrés puede afectar la capacidad de la persona para tomar decisiones claras o para sentirse en paz con las nuevas circunstancias. Buscar apoyo durante estos períodos de transición puede ayudar a gestionar mejor los cambios y encontrar nuevas formas de afrontarlos.

Los síntomas físicos como dolores de cabeza, fatiga extrema, problemas digestivos o tensión muscular pueden tener una causa emocional o psicológica. A veces, el cuerpo responde al estrés, la ansiedad o los conflictos emocionales de una manera que no tiene una explicación médica clara. Estos síntomas físicos pueden ser recurrentes y afectar la calidad de vida, pero una vez que se abordan las causas emocionales o psicológicas subyacentes, los síntomas físicos a menudo disminuyen. Es importante prestar atención a cómo las emociones y el cuerpo están conectados y explorar formas de mejorar el bienestar emocional para mejorar también la salud física.

Hay momentos en la vida de una pareja en la que se rompe la comunicación, bien por algún factor concreto o bien por el simple paso del tiempo y las desavenencias de la rutina. Antes de separarse, puede ser aconsejable iniciar una terapia de pareja para intentar reencontrar el rumbo común y la posición de cada miembro de la pareja. 

En ocasiones, no es únicamente una persona de la familia que presenta algún cuadro psicopatológico, sino que  lo que aparece alterado es el equilibrio de la estructura familiar. En tal caso, se puede optar por llevar a cabo una psicoterapia familiar, a la que acuden al mismo tiempo todos los miembros de la familia.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición que afecta el desarrollo social, la comunicación y el comportamiento. Las personas con TEA pueden tener dificultades para comprender las normas sociales, como el contacto visual o las interacciones verbales, y pueden preferir actividades solitarias. A menudo, muestran patrones de comportamiento repetitivos, como movimientos repetitivos o la insistencia en mantener rutinas estrictas. Aunque cada persona con TEA es única, algunas pueden tener dificultades para entender las emociones de los demás, lo que puede dificultar las relaciones sociales. Los síntomas pueden variar en intensidad, desde leves hasta más marcados, y pueden mejorar con el tiempo con el apoyo adecuado.

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades para mantener la atención, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Las personas con TDAH pueden tener problemas para concentrarse en tareas que requieren esfuerzo mental prolongado, lo que afecta su rendimiento académico o laboral. También pueden actuar de manera impulsiva, interrumpiendo conversaciones o tomando decisiones sin pensar en las consecuencias. En el caso de la hiperactividad, puede haber una necesidad constante de moverse o de hablar en exceso. Estos síntomas pueden generar dificultades en la escuela, el trabajo y las relaciones interpersonales. Con el apoyo adecuado, las personas con TDAH pueden aprender a gestionar estos síntomas y desarrollar estrategias para mejorar su enfoque y organización.

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la capacidad de leer y escribir con fluidez. Las personas con dislexia pueden tener dificultades para reconocer palabras, comprender lo que leen o escribir correctamente, a pesar de tener una inteligencia normal o incluso superior. Los síntomas comunes incluyen la inversión de letras o palabras, la dificultad para seguir el ritmo de lectura y la confusión entre sonidos similares. Aunque la dislexia no está relacionada con la inteligencia, puede generar frustración y ansiedad en el entorno académico. Con la intervención adecuada y estrategias de apoyo, las personas con dislexia pueden mejorar significativamente sus habilidades de lectura y escritura.

La disgrafía es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad para escribir de manera legible y coherente. Las personas con disgrafía pueden tener dificultades para formar letras de manera correcta, escribir a mano de forma desordenada o experimentar dolor al escribir. Además, pueden tener problemas para organizar sus pensamientos por escrito, lo que dificulta la redacción de textos. Aunque la disgrafía no está relacionada con la inteligencia, puede generar dificultades en el ámbito escolar y profesional. A menudo, las personas con disgrafía también tienen problemas con la coordinación motora fina, lo que puede afectar otras actividades que requieren destreza manual. Con apoyo adecuado, como el uso de herramientas tecnológicas o adaptaciones en la escritura, es posible mejorar estas habilidades.

La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la capacidad para comprender y trabajar con conceptos matemáticos. Las personas con discalculia pueden tener dificultades para realizar operaciones matemáticas básicas, como sumar, restar, multiplicar o dividir, o pueden tener problemas para entender conceptos como el tiempo, la medida o la orientación espacial. Estos desafíos pueden generar frustración en el entorno escolar y dificultar el aprendizaje de las matemáticas. A pesar de tener una inteligencia normal, las personas con discalculia pueden necesitar enfoques educativos y estrategias personalizadas para desarrollar sus habilidades matemáticas. Con apoyo, pueden aprender a manejar las matemáticas de manera efectiva y superar las barreras que presentan este trastorno.

Las personas con altas capacidades intelectuales (también conocidas como superdotación) tienen un cociente intelectual superior al promedio, lo que les permite aprender más rápidamente y procesar información de manera más eficiente. Sin embargo, no siempre se trata solo de tener un alto rendimiento académico; las personas con altas capacidades pueden experimentar desafíos emocionales y sociales. A menudo, se sienten desconectadas de sus compañeros debido a sus intereses o habilidades diferentes, lo que puede generar sentimientos de aislamiento. Además, su rapidez para aprender puede llevar a la falta de motivación o aburrimiento en el aula. Es importante proporcionarles un entorno estimulante y adecuado a sus necesidades para fomentar su desarrollo intelectual y emocional.

La psicoeducación en Prevención del Abuso Sexual Infantil es fundamental para prevenir situaciones de abuso y contruir límites. En este taller trabajamos con niños de forma lúdica y por grupos de edad contenidos como:

    • Las partes íntimas /privadas

    • Los secretos buenos/malos

    • Herramientas para detectar situaciones de riesgo

El taller de prevención de abusos sexuales en la infancia se puede impartir a demanda si se crea un grupo de 5-10 niños de entre 4-12 años en domicilios particulares, colegios y/o asociaciones.

NIÑOS Y NIÑAS ENTRE 7 Y 11 AÑOS

Estimad@s madres y padres,En el próximo taller de Pantallas Amigas, trabajaremos con los niños y niñas para ayudarles a reflexionar sobre la importancia de equilibrar su tiempo entre el uso de dispositivos digitales y otras actividades esenciales para su bienestar. A través de dinámicas interactivas reflexionaremos acerca de las repercusiones que tiene sobre nuestras emociones y bienestar el abuso de la teconología.

Exploraremos cómo combinar el uso de pantallas con el juego al aire libre, el tiempo en familia, la lectura, el deporte y el contacto directo con amigos. Queremos que los niños comprendan que la tecnología es una herramienta útil y divertida, pero que no debe reemplazar experiencias fundamentales en su desarrollo.

Los invitamos a acompañarnos en este proceso, reforzando en casa lo que veremos en el taller. Con su apoyo, podemos ayudar a los niños a desarrollar una relación equilibrada con las pantallas y a valorar la importancia de vivir experiencias variadas que favorezcan su crecimiento y bienestar. ¡Esperamos contar con su participación y compromiso en este aprendizaje!

ADOLESCENTES (12-16 AÑOS)

Estimad@s madres y padres,

En el próximo taller de Pantallas Amigas, trabajaremos con los adolescentes para ayudarles a reflexionar sobre la importancia de equilibrar su tiempo entre el uso de dispositivos digitales y otras actividades esenciales para su bienestar.

También abordaremos los riesgos de un uso excesivo de pantallas, como la posible adicción y sus efectos en la salud física y emocional. Hablaremos de cómo las pantallas ofrecen entretenimiento inmediato y sin esfuerzo, lo que puede hacer que pasemos más tiempo del que deberíamos frente a ellas, dejando de lado otras actividades valiosas. Reflexionaremos sobre estrategias para gestionar mejor el tiempo digital y fomentar hábitos saludables, de manera que aprendan a disfrutar de la tecnología sin que esta afecte negativamente su vida diaria.

Ofreceremos herramientas de autoevaluación para poder detectar cuando uno está en riesgo de sufrir una adicción y, si es así, de la importancia de pedir ayuda.
Los invitamos a acompañarnos en este proceso, reforzando en casa lo que veremos en el taller. Con su apoyo, podemos ayudar a los niños a desarrollar una relación equilibrada con las pantallas y a valorar la importancia de vivir experiencias variadas que favorezcan su crecimiento y bienestar. Esperamos contar con su participación y compromiso en este aprendizaje.

Centros de Psicología en Madrid y Majadahonda

Contamos con dos gabinetes de Psicología, uno ubicado en el barrio de Chamartín, entre los metros Cuzco y Plaza de Castilla y a 15 minutos andando de la estación de tren Nuevos Ministerios.

Y un segundo gabinete en Majadahonda, en Av. Reyes Católicos. Contamos con todos los permisos requeridos como Centro Sanitario de la Comunidad Autónoma de Madrid así como acceso para personas con discapacidad.

El equipo

Gimeno, Prado y Valverde

silvia gimeno psicologa madrid

Silvia Gimeno-Siehr

Español, Alemán e Inglés

Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Miembro del Instituto de la Asociación Psicoanalítica de Madrid (APM). Especialista en Psicología Clínica (Universidad de Salzburgo, Austria). Máster en Psicología Clínica (Sociedad Española de Psicosomática y Psicología Médica).  Especialista Universitario…

Natalia Prado Psicóloga

Natalia Prado

Español

Licenciada por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Psicopatología y Psicoterapia Infantil y Adolescente por la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (SEPYPNA). Máster en Coaching Psychology  por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) e International…

Natalia Valverde Psicóloga Madrid

Natalia Valverde

Español

Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Teoría Psicoanalítica (Universidad Complutense de Madrid). Máster en Infancia y Adolescencia (Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia de Niños y Adolescentes). Experto en Psicodiagnóstico y pruebas proyectivas. Especialista en…

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